Apoyo psicológico para la hiperhidrosis

 

Dejar empapados los cuadernos al escribir. Dar la mano a alguien y que esté mojada. Vivir con miedo a oler mal o a tener cercos en las axilas, a no encontrar pareja por culpa del trastorno… Son muchas las dificultades a las que se enfrenta una persona con hiperhidrosis, y en ocasiones puede hacerse cuesta arriba. No es infrecuente que este trastorno vaya asociado a síntomas de ansiedad  y en algunas personas puede llegar a degenerar en una fobia social que les impide enfrentarse con normalidad al día a día. Por ello, desde Supera el Sudor hoy queremos hablaros del apoyo psicológico, que puede convertirse en una ayuda valiosa para enfrentarse al problema.

Como ya hemos comentado con anterioridad en este blog, la hiperhidrosis tiene un origen físico: el centro regulador o termostato que activa o desactiva el sudor se mantiene activo durante TODO el día y se manifiesta mediante respuesta exagerada de sudor. Esta reacción se ve exacerbada por la ansiedad, pues ésta desencadena una respuesta del sistema simpático, que es el responsable de producir la sudoración. Una primera ayuda, por tanto, puede enfocarse al manejo de las situaciones que nos provocan ansiedad, aprendiendo a quitarles importancia y consiguiendo así que no se desencadene esta respuesta.

La terapia psicológica nos ayuda también a mejorar la esfera emocional de enojo, frustración y limitación que esta enfermedad acarrea, ayudándonos a quitarle importancia y a no sentirnos limitados por ella en situaciones sociales. El refuerzo de una autoestima saludable es un punto muy importante, ya que ésta puede verse afectada por la existencia de hiperhidrosis. En ocasiones se aconseja el tratamiento con ansiolíticos, antidepresivos o relajantes.

Desafortunadamente, el apoyo psicológico por sí solo no es capaz de solucionar el problema físico que está en el origen de la sudoración excesiva, por lo que debe ser un complemento y no un sustituto de otros tratamientos para superar el sudor.